de cadencias y otras cosas

obsesión:
(Del lat. obsessĭo, -ōnis, asedio).
1. f. Perturbación anímica producida por una idea fija.
2. f. Idea que con tenaz persistencia asalta la mente.

lunes, febrero 28, 2005

Entre palabras

"Usted pregunta si sus versos son buenos. Me lo pregunta a mí, como antes lo preguntó a otras personas. Envía sus versos a las revistas literarias, los compara con otros versos, y siente inquietud cuando ciertas redacciones rechazan sus ensayos poéticos. Pues bien -ya que me permite darle consejo- he de rogarle que renuncie a todo eso. Está usted mirando hacia fuera, y precisamente esto es lo que ahora no debería hacer. Nadie le puede aconsejar ni ayudar. Nadie... No hay más que un solo remedio: adéntrese en sí mismo. Escudriñe hasta descubrir el móvil que le impele a escribir. Averigüe si ese móvil extiende sus raíces en lo más hondo de su alma. Y, procediendo a su propia confesión, inquiera y reconozca si tendría que morirse en cuanto ya no le fuere permitido escribir. Ante todo, esto: pregúntese en la hora más callada de su noche: "¿Debo yo escribir?". Vaya cavando y ahondando, en busca de una respuesta profunda. Y si es afirmativa, si usted puede ir al encuentro de tan seria pregunta con un "Si debo" firme y sencillo, entonces, conforme a esta necesidad, erija el edificio de su vida. Que hasta en su hora de menor interés y de menor importancia, debe llegar a ser signo y testimonio de ese apremiante impulso. Acérquese a la naturaleza e intente decir, cual si fuese el primer hombre, lo que ve y siente y ama y pierde. No escriba versos de amor, rehuya. Al principio, formas y temas demasiado corrientes: son los más difíciles. Pues se necesita una fuerza muy grande y muy madura, para poder dar de sí algo propio ahí donde existe ya multitud de buenos y, en parte, brillantes legados. Por esto, líbrese de los motivos de índole general. Recurra a los que cada día le ofrece su propia vida. Describa sus tristezas y sus anhelos, sus pensamientos fugaces y su fe en algo bello; y dígalo todo con íntima, callada y humilde sinceridad. Valiéndose, para expresarse, de las cosas que le rodean. De las imágenes que pueblan sus sueños. Y de todo cuanto vive en el recuerdo... "

Rainer Maria Rilke
Cartas a un joven poeta

Nunca hubo mejor consejo: no escriba versos de amor, como los maestros del Zen, Rilke no dice lo que sabe, dice lo que debe ser escuchado, no es una contradicción negar el tema del amor a un poeta, es simple y sencillamente, entendimiento, los Grandes Escritores construyen sus mundos entre los vocablos, es en esos corredores, dédalos de ideas, donde lo escrito verdaderamente habla... Paradojas de Zenón, el espacio entre dos palabras contiene algo irreducible, al llegar al final de la página hemos recorrido en tiempo finito una idea infinita.
Fractal como es esta ocupación, al no hablar del amor, Rilke le cede el espacio entre las palabras, la rebanada infinita del pastel, la jaula grande que se forma al cerrar la jaula chica.

Este pequeño universo existe también en los gestos, el recorrido de una sonrisa dice más que la conversación...

Creo que Ella nunca lo supo, pero los objetos pequeños cobraban vida en sus manos, me sorprendía sobretodo cómo le infundía aliento a la cuchara del café, no tomaba azúcar, simplemente revolvía un par de veces, escurría la última gota en el borde de la taza y la dejaba sobre el plato, mareada, alegre y melancólica, resignada a regresar a su existencia entumida.

Detalle infinito, imagen que vive en el recuerdo...
el oscuro objeto tuvo tiempo a las 12:04 a.m.  

2 anotaciones al margen

¿No se te hace una contradicción en sí? Tu último párrafo es, en sí, un poema de amor. Escribirle al amor o al odio o a la soledad es más fácil... simplemente porque son situaciones apremiantes, aflora el sentimiento, simplifica la cascada de palabras. No necesariamente hay que evitar escribirle versos al amor. Lo que hay que evitar, es la cursilería, y me ha costado golpes aprenderlo (y aún no lo logro del todo). Porque la cursilería no tiene significado ni estética, la cursilería es una niña que casi es adolescente y vive amaestrada por sus hormonas, sin poder quitarse los lentes de la ilusión.

Yo quiero ser cuchara
y marearme entre tus dedos
cuando endulzas el café.

Besos, e.
Blogger e., at 1:06 a.m.  
¿Se le puede escribir al amor?... ¿el amor es palpable?, ¿es cierto?... es una idea basada en un concepto repetido, el amor es monótono... porque todos se besan y se aman... el amor es copia... ¿por que no escribir del no-amor?... el no amor es más real... más creíble, puedes sentir y decir... incluso puedes hablar y escuchar... con el no-amor, no se llega a la monotonía, al tedio, al final... simplemente se concluye, pero no acaba, es un ciclo… el no-amor puede vivir y volar… el no-amor, no se refiere a no amar, tampoco es precaución, sencillamente es libertad, comparten… no se dan… se puede dejar de amar uno mismo, con tal de amar a otro… se puede menospreciar… el no-amor evita eso…?
Tiene sentido?...
Anonymous Anónimo, at 5:19 p.m.  

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