de cadencias y otras cosas

obsesión:
(Del lat. obsessĭo, -ōnis, asedio).
1. f. Perturbación anímica producida por una idea fija.
2. f. Idea que con tenaz persistencia asalta la mente.

domingo, junio 19, 2005

Tarareo y posdata

Hace falta tararear en la escritura...
En una historia o pensamiento hay pasajes importantes que deben ser dichos para la coherencia y continuidad de la historia, pero si se les dedica mucho tiempo el hilo se pierde y lo instantáneo que puede ser un pentimiento se seca al ser disecado para su narracción, supongo que son como la fruta, que debe ser comida al momento de ser cortada de lo contrario, se pierde casi toda la vitamina (¡que analogía más pedestre!).

Tarareo nuestro último encuentro:

Pretendo leer un libro, en realidad, hace diez minutos que repaso la misma página, llegas tarde, como de costumbre y lo que me mata es la impaciencia, no el enojo...
Te veo antes de que me veas, nos abrazamos, tu cuerpo me llena de anhelos, boca, suavidad, postre, lunar, cuello, tibio, curva, hogar...
Nos despedimos, la temperatura no ha cambiado y siento frío, me doy cuenta y sonrío.

Si tratara de llenar el espacio entre tibio y curvo con palabras, no diría nada nuevo y la cercanía de las dos se olvidaría, de igual manera entre las otras... en cambio así, queda todo dicho.

P.d.: ¿Sabes? todo eso que se dice de los hombres y las mujeres...
Tardé mucho en descubrir que yo no era los hombres tú no eras las mujeres.
el oscuro objeto tuvo tiempo a las 11:23 p.m.   | (2) anotaciones |

martes, junio 07, 2005

Un hilo

Ayer me tropecé con El Hilo Que Une Todas Las Cosas, no estoy seguro, pero creo que lo rompí...
No es propio de mí cometer semejantes torpezas, quizá fue el diablo, que finalmente logró estar en el momento indicado con la persona adecuada para el trabajo.
Así comienza en final, nada de cataclismos aparatosos, un hilito roto, que se jala y jala hasta deshacer la urdimbre de la creación, he visto los primeros indicios, hoy, las hojas de los árboles se movían con mayor libertad, más sueltas que de costumbre, a punto de desprenderse todas al unísono.
Mientras escribo esto mis uñas resuenan sobre el teclado, con un sonido nuevo, quebrado, como de taza con grieta... Ahora comienza la degradación del cotidiano, las cercanías pierden su poder, entre la banqueta y la calle aparece una delgada línea, un espacio, donde se pierden los clips, las monedas y canicas. Me pregunto cómo haremos para cruzar las avenidas si el proceso continúa, al principio podremos saltar, pero poco a poco será más difícil, las escaleras servirán hasta que el espacio entre los escalones sea insalvable...
¿Se alejarán después las ideas? ¿Los ojos? No puedo imaginar que se separen mis recuerdos de tu piel y tu olor, de dormir y descanso, ¿Cómo serán las ideas puras?
La noche continúa con su ilusión de unidad, trato de imaginar qué parte de mí mantendrá conciencia, ¿una sola isla o un archipiélado de ellas? ninguna tal vez...
Así como la fruta madura es aquella que comenzó el camino a la podredumbre, el tejido nocturno disfruta esta decadencia, sabe que, antes del fin de todo, ese instante previo al olvido será la culminación de su existencia.
el oscuro objeto tuvo tiempo a las 12:18 a.m.   | (1) anotaciones |