de cadencias y otras cosas

obsesión:
(Del lat. obsessĭo, -ōnis, asedio).
1. f. Perturbación anímica producida por una idea fija.
2. f. Idea que con tenaz persistencia asalta la mente.

jueves, noviembre 24, 2005

Juego de los adjetivos

Hoy quiero explicarte un instante: un momento cualquiera, segundo capturado por las cámaras oscuras en mi cara.
Para semejante hazaña, me valgo del Juego De Los Adjetivos, una necedad en dos partes:

1) Te platico:

Mis pies continúan con su eterna competencia, -aquella que me lleva de un lado a otro todos los días-, las nubes recortan el cielo como un antifaz de muchos ojos, hay varios personajes que pueblan este momento específico:
Claro que dicho así, no queda nada demasiado claro... Partidario como soy, de que lo infinito es representado de mejor manera por lo ínfimo que por lo masivo, intentaré escribir, un haiku sin forma, una lista que contiene lo más cercano a un momento.

2) Te explico:

Entonces, jugamos... los personajes, antes sin rostro, adquieren la personalidad necesaria (el reflejo de la mía al verlos en ese segundo), ahora son:

Y así te digo: eso pasaba hace unos días, cuando nos vimos...
el oscuro objeto tuvo tiempo a las 9:32 p.m.   | (1) anotaciones |

viernes, noviembre 04, 2005

Tiempos en tiempos

No sé cómo empezó, pero esta tarde se ha vuelto una ceremonia, el hervir del agua, el crujir de las hierbas, el aroma, tu mirada, el sonido de las tazas... Luz naranja en las paredes pálidas, té en la sala mientras la tarde es sustituída por su hermana oscura.

Tu mano agita la infusión, tu mano, otra vez tu mano, mientras el vórtice se forma tengo la visión -El Momento de Claridad-: las revoluciones de la cuchara pertenecen al complicado mecanismo de engranes y resortes de algún reloj, no sé si cósmico, abstracto o habitante de alguna casa vieja, sin embargo sé que sus palpitares mecánicos suenan únicamente cuando estamos juntos, le nombro entonces Nuestro Reloj, medida de Nuestro Tiempo, me pierdo unos instantes admirando la sutileza de sus partes: tu cuchara, pequeño engrane, la Luna, manecilla inconstante, y esta rotación del planeta, que siempre me ha parecido tan sospechosa...

Si profundizo en la idea, existe un reloj de ajedrez, cuyo funcionamiento, me imagino, es supervisado por Platón, este reloj, a diferencia de los que encontramos escoltando a reyes, obispos y caballos, tiene la propiedad orgánica del crecimiento, cada vez que conocemos a alguien, un nuevo contador aparece, éste corre únicamente cuando Estamos con esa persona, (las mayúsculas están para evitar trivialidades), claro que si Platón es nuestro relojero estrella, es natural suponer que la historia no termina ahí, lector asíduo de Einstein (tiene todos sus escritos en la biblioteca del Topos Uranos), decidió, con mucho tino, introducir el factor calidad en el transcurso de las manecillas, así que no todos los minuteros corren a la misma velocidad, así logramos esos minutos cambia-vida y esas horas hubiera-dormido-la-siesta.

Es por eso que, mientras nos imaginamos las estrellas tras el cielo citadino y llevas la taza a tu boca, me doy cuenta que, entre el sorbo pasado y éste nuevo, han pasado varios años...
el oscuro objeto tuvo tiempo a las 12:15 a.m.   | (2) anotaciones |