de cadencias y otras cosas

obsesión:
(Del lat. obsessĭo, -ōnis, asedio).
1. f. Perturbación anímica producida por una idea fija.
2. f. Idea que con tenaz persistencia asalta la mente.

martes, mayo 16, 2006

Primera Belleza

"Resulta imposible la comprensión real de la belleza
si no gira la atención en torno a un motivo central"


Con estas palabras Kakuzo Okakura condensa una idea que nunca había logrado expresar:

Recordemos o no, todo aspecto de la belleza que apreciemos tiene una semilla, un primer instante en que algo nos pareció simplemente hermoso, sin conceptos, sin comparaciones... un cuadro favorito, una cadera movíendose al ritmo de la música, una sonrisa cómplice, un antojo completamente satisfecho, el descubrimiento de su perfume, una gran paleta de hielo...
Es a partir de este primer despertar que juzgamos todo lo bello en esa dimensión, no necesariamente es la primera vez que experimentamos algo, es la primera vez que nos parece genial o terrible, (porque la belleza y su ausencia enseñan lo mismo), la primera vez que nos mueve, ese ejemplo se converte en el motivo central de nuestra escala... los siguientes ojos se compararán con aquellos, la siguiente curva recordará la de ella.

Una vez pintado este primer trazo en la hoja de papel, se comienza el mapa histórico de esa belleza/detalle particular... donde las siguientes líneas girarán en torno a él y lo complementarán.
Gran parte de esas semillas están olvidadas en algún rincón de nuestra infancia, la primera vez que comimos chocolate, el reflejo de un vitral en la pared... tenemos ese bagaje de cosas que nos gustan y no sabemos porqué...

Una de las últimas cosas que aprendí (aprehendí)... fue a disfrutar de lo in-concluso, no cualquier cosa, de las historias inconclusas, saber que la siguiente vez que nos veamos algo pasará, un silencio, una risa, una noticia... Así entiendo qué relaciones están vivas, cuando sé que tenemos algo más que hacer, no quiero la tranquilidad de haber dicho todo lo que debería, quiero deudas, anhelos, me arriesgo a la muerte sin confesión, lo sé, pero mis semanas se llenan de conversaciones con esos afectos que están desperdigados por el mundo...

Okakura dice una verdad que asocio con esta idea:

"La verdadera belleza solamente llega a descubrirla aquel que
mentalmente completa lo incompleto"
el oscuro objeto tuvo tiempo a las 2:43 p.m.   | (2) anotaciones |

martes, mayo 02, 2006

te-rituales

me gustaría decirte que no eres tú, que no soy yo, pero,
¿no es esta la llama que nos consume?


Hay ciertas necesidades que aparecen de manera fractal en diferentes estratos de la vida, una de ellas es el espacio propio, esta pequeña burbuja que nos rodea, puede abarcar un coto de caza o unos centímetros agónicos en el transporte público, pero siempre se resume a la apropiación del espacio colectivo para añadirlo a esta barrera personal, a este foso del castillo que somos, lo fractal de su naturaleza se refiere a su persistente aparición en todo nivel del cotidiano... Uno de mis ejemplos favoritos son las actitudes en las mesas públicas de un café: se escapa por un momento del flujo de la calle, como gota en el ciclo del agua, un paréntesis en taza de porcelana antes de regresar... Y, a pesar de lo efímero del santuario, se dedica energía, consciente o inconscientemente, a la apropiación, aquí estoy, mi nueva patria portátil: se mueve un salero, se acomoda la silla extra para subir un pie, se sacuden las migajas que algún mesero apurado olvidó...

Algo que no debe ser pasado por alto es la opción: consciente o inconsciente... creo que toda la diferencia estriba en ello, pensando en la última vez que, en un paseo solitario, me refugié en un café, pedí un té y conquisté, por unos momentos, ese nuevo territorio que consistía de una azucarera, un cenicero y un menú, para cuando el mesero, en un rapto de generosidad, decidió traer la orden, me encontré con una taza de agua tibia y una bolsa con un polvo que la etiqueta aseveraba era té verde...
Por supuesto, no era mucho menos de lo que esperaba al pedirlo, sin embargo no pude evitar echar de menos al rito, por lo menos el fantasma del fantasma del rito, cuando sentarse a beber esta infusión era un momento de total consciencia, de abarcar la totalidad del presente, una fotografía del universo en un instante específico, con esto en mente, rescato algo sagrado en este rito digerido por las prisas y los centavos; pero siguiendo con mi cadena de pensamientos (le digo así a pesar de que normalmente no hay otra concatenación que aparecer consecutivamente en mi mente), reafirmo mi opinión de que las personas deben ser juzgadas por el número de rituales que realicen al día... Ritual como función sagrada, como una pausa de la vida entendida como movimientos abdominales involuntarios, puede ser cualquier cosa, doblar una hoja en un sobre, girar la taza antes del primer sorbo, oler el libro antes de abrirlo...
Me entrego así a la liturgia de todos los días, caminar, respirar, beberte, acordarme, olvidarme...
el oscuro objeto tuvo tiempo a las 11:47 p.m.   | (1) anotaciones |