de cadencias y otras cosas

obsesión:
(Del lat. obsessĭo, -ōnis, asedio).
1. f. Perturbación anímica producida por una idea fija.
2. f. Idea que con tenaz persistencia asalta la mente.

martes, abril 26, 2005

Mi Jaguar

Tengo un Diminuto Jaguar Errante, en realidad, no sé si lo tengo o me tiene, digamos entonces que vive conmigo ...
Bestia de bolsillo, hace unos años nos encontramos en una playa, ambos pisábamos esa arena blanca que no quema los pies, desde entonces recorremos tierras lejanas y secretos parajes. Explorador por naturaleza, se asoma entre los pliegues de la ropa en cada oportunidad, olfatea el aire y gruñe de manera casi inaudible cuando percibe algo interesante, en las noches sale a cazar, no sé qué presas, mosquitos supongo, sabe que los sufro mucho.
Le doy azúcar remojada en té o café, sus favoritos son los cubitos justo antes de que pierdan la firmeza, me da gracia tener eso en común con él, a mi, el cereal me gusta cuando ya absorbió leche pero antes de que se aguade.
Pese a su tamaño, comparte con sus primos mayores el impredecible humor, tiene temporadas taciturnas, luego desaparece días enteros y al regresar, viene demacrado pero sin ansias... Otros días exige atención, salta y corre, mordisquea mis orejas, juega a esconderse.
Hermano de nostalgias, lo sorprendo a veces viendo bandadas de pájaros, comunidades tenues que accidentan las tardes, criatura simbiótica sin conciencia... Cuando la melancolía está tomando control, planeamos viajes, tenemos mapas con rutas trazadas, con cruces donde nuestros estudios indican tesoros, brújulas que indican los apetitos y no el norte, fotos de huellas por pisar... Así nos acordamos que el horizonte es un círculo y quedan muchas direcciones hacia las cuales embarcarse.
el oscuro objeto tuvo tiempo a las 8:48 p.m.   | (1) anotaciones |

miércoles, abril 20, 2005

Sin palabras

Otra vez estoy en un café, ahora en Toulouse, entré refugiándome de la lluvia, la universidad está cerca, así que la concurrencia es joven, vibrante, ruidosa...
El idioma me impide poner la atención deseada en conversaciones ajenas, así que esta vez sólo miro, al principio no la veo, en un mar de gestos y copas extraña su figura parada, quieta, cerca del teléfono, su abrigo no está mojado, así que entró antes que despertara la lluvia, tardo en notar sus rasgos orientales, su mirada ansiosa fija en la ventana, espera...

Ella está de pie,
ajena,
extranjera,
rodeada de personas que se ríen,
que no la ven,
que toman café.
Perseguida por la lluvia entra una mujer que al llegar se detiene,
buscándola,
al verla corre a su lado y la abraza,
Ella no puede más y llora,
por un momento eternizado se quedan así,
fundidas, calladas,
rodeadas de personas que no las ven,
que no las pueden ver,
porque estos pequeños milagros enloquecen a quien está en una mesa,
riendo con alguien,
platicando y
está solo y tomando café.

No sé cuánto tiempo pasó, unos minutos supongo, ambas salen, abrazadas bajo un paraguas, hay algo artificial en el aire, teatral, como si yo fuera el único en la audiencia de una función, todos los demás, histriones, actuando de manera normal, esforzándose en no voltear, en no notar...
El ritmo del café continúa, colorido, estridente, no puedo evitar pensar que hubo más comunicación en ese abrazo mudo que en todas las palabras de las mesas... así que callo y escribo y extraño...
el oscuro objeto tuvo tiempo a las 11:10 a.m.   | (3) anotaciones |

viernes, abril 15, 2005

Instructivo

Instrucciones para hacer largos viajes en poco tiempo

  1. Tome usted un objeto pequeño y querido de su casa, colóquelo en su bolsillo.
  2. Mastique un buen bocado de ceniza después de dejar el hogar.
  3. Ponga una pequeña piedra en su zapato antes de caminar.
  4. Asegúrese de no pisar el pasto.

Le recomendamos también asomarse al otro lado de la cerca (con el banquito proporcionado), donde podrá apreciar los Pastos Más Verdes y recuerde, es fundamental detenerse y ver una nube.

el oscuro objeto tuvo tiempo a las 2:02 a.m.   | (0) anotaciones |

miércoles, abril 13, 2005

El diablo

Eran dos en un café, yo fingía leer un libro mientras los observaba, mala costumbre que trato de no dejar. La conversación era animada y cordial, de esos encuentros que se disfrutan. De pronto un pequeño hipo en el ambiente, creo haberlo imaginado. Uno de ellos detuvo la frase que estaba diciendo, se recostó en la silla y apagó el cigarro en el cenicero.

-Usted es el diablo.
-Así es- respondió el otro, ya que, en efecto, en ese momento lo era.

Porque el diablo, diablito, ¡pobre!, no tiene cuerpo ni representación ajena a un humano, ese fue en realidad su castigo, condenado a errar de cuerpo en cuerpo, un estornudo en éste, una piedrita en el zapato en el siguiente. Hace lo que puede, un antojo allá, un guiño acá, momento de coquetería que normalmente no se daría, pero siempre sin tiempo, sin continuidad.
Momento de tensión, los amigos callan ahora, uno vigilando al otro, poco después, el poseído relaja la ceja y se rasca la nariz, algo ha cambiado.

El siguiente cigarro crujió mientras se encendía, la plática continuó, ya sin desconfianza, al fin y al cabo, ya no era el diablo.
el oscuro objeto tuvo tiempo a las 12:18 a.m.   | (1) anotaciones |

martes, abril 12, 2005

Lluvias

Se acercan las lluvias... se siente el ansia, la impaciencia... las noches huelen mejor, son más voluptuosas, viento jovial recorre la ciudad, arrastrando hojas con un crujir más sordo, seducidas por la humedad.
Se acercan las lluvias... el aire se llena de incertidumbre, de electricidad, los objetos y las personas se cargan de estática, el contacto cotidiano se ilumina con minúsculos relámpagos, las casas vibran, respiran... La ropa, el cabello, se estiran, exploran, desean tocar.
La noche es un animal amarrado que respira fuerte, parado en la ventana lo escucho y sé y sabe que esas ataduras no durarán mucho más tiempo, los árboles también lo saben, están intranquilos, con un hambre violenta, de muerte, de podredumbre, los ciclos se cierran con agua y las hojas regresarán a la tierra, corruptas, cansadas, aves fénix sin fuego.
Se acercan las lluvias... y el deseo despierto eriza la piel, la ropa pesa, absurda... un hueco en el pecho exige algo y no sé qué... esta sed que no se calma, de agua, de tibieza, de sangre...
Pausa dramática, silencio antes del primer roce entre dos.
La urbe se ilumina a lo lejos, la gente tiene anhelo colado bajo la piel, la recorre con sus uñas como queriendo exorcizarlo, perforarla a ver si escapa un poco, lo suficente para que las sábanas no sean vidrios rotos y las paredes dejen de acercarse, salen de las casas y queman libros y sillas, piras enormes calientan el aire, arden deseando la lluvia, retándola... Y la noche-animal olfatea la brisa y sabe que no falta mucho, insomne como Ella, me paro en la ventana y espero.
el oscuro objeto tuvo tiempo a las 1:16 a.m.   | (1) anotaciones |

miércoles, abril 06, 2005

Tres minutos del día

(UNO)

El farol de la calle zumba, de cierta manera sustituye a los grillos que mi imaginación dicta.
Quisiera acordarme de eso tuyo que olvidé, más que nada me gustaría tenerte en frente y volver a comer gestos y rincones y palabras tuyas... comerlos como arrocitos con popote, de uno en uno, ¡zup! ¡adentro! nunca un bocado grande, siempre queriendo más...
Todavía no sé si prefiero descubrir detalles nuevos o reencontrarme con alguno ya observado, como pájaros con anillitos en las patas, marcando migraciones, recordando ciclos y mareas.

(DOS)

La manzana cruje, jugosa, mientras mastico el sonido del mundo es sustituído por el de mis dientes y la fruta, entre mordida y mordida creo escuchar, a lo lejos, una musiquita como de cajita de música, esas de las abuelas, me detengo a media manzana y aguzo el oído... nada, me lo habré imaginado... mejor sigo antes que se ponga toda café y tristona, ¡crac! la nueva mordida, otra vez la musiquita esa, suena conocida pero no la identifico, ni siquiera la podría tatarear (menos mal, soy pésimo haciéndolo) no hay caso si dejo de comer, deja de sonar... comienzo a sospechar que además de rica, esta manzana traía cancioncita, se le habrá pegado en el camino, a mi se me quedan las del camión...
Antes que pueda seguir divagando he dado la última mordida... no sé si quiero comer otra, sería una desilusión que fuera de las calladas, aunque nunca muere la esperanza de que la siguiente vez, me toque una cumbianchera...

(TRES)

Gotas de tinta en un papel poroso, todas redondas y brillantes antes de caer, luego una carrera sobre la hoja, buscando caminos, a ver quién llega más lejos antes de cansarse, al final, queda la mancha toda despeinada y con ganas de ser más grande. Al lado un dibujo, agua, tinta y papel, foto borrosa de algo que no podemos decir ni escribir, la carrera de la gota se detiene antes de descubrirlo, espero que sequen, con cuidado enrollo el papel y lo meto a una botella, salgo, con la idea o esperanza de encontrar dónde arrojarla.
el oscuro objeto tuvo tiempo a las 10:48 p.m.   | (2) anotaciones |